Unos de los momentos más maravillosos que podrás disfrutar en tu vida es cuando tu hijo abra los ojos y haga contacto visual contigo. Por eso, conocer las etapas del desarrollo visual del niño, y lo que tú puedes hacer para ayudar a tu hijo en cada etapa, es importantísimo si quieres que su vista sea perfecta y además tenga la posibilidad de disfrutar del mundo al máximo.
A continuación conocerás cómo se desarrolla la visión de los niños en cada etapa de crecimiento, y los nutrientes que son claves para el buen desarrollo visual.
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El desarrollo visual del niño durante el embarazo
El desarrollo visual de un niño comienza antes de su nacimiento.
Se sabe que el desarrollo del ojo se inicia en el día 18 del embarazo, que los músculos oculares se forman muy pronto y que los ojos del feto se mueven cuando duerme o cambia de posición.
Aproximadamente en la octava semana del embarazo los párpados ya han crecido tanto que se han sellado, recubriendo los ojos, y a través de ellos solo se aprecia un pigmento negro: las retinas.
El bebé aún no ve, pero se sabe que sus ojitos se mueven cuando duerme o cambia de posición.
Al sexto mes, sus párpados empiezan a separarse y al séptimo ya los abre por completo. En este momento, la estructura del globo ocular ya es definitiva, por lo que se cree que el bebé -como ocurre en el caso de los niños prematuros- es capaz de ver a partir del séptimo mes.
En el octavo mes la formación del bebé en el vientre permite que éste sea sensible a la luz. Esto significa que sus pupilas se contraen o dilatan dependiendo de la intensidad lumínica. También abre los ojos cuando está despierto y los cierra cuando está dormido (la mayor parte del tiempo).
Pero, ¿qué ve?
Sin duda, no hay mucho que ver en su limitado campo de visión, sin embargo, los receptores visuales ya parecen ligeramente sensibles a la luz.
Cuando un estímulo de luz es lo bastante intenso y contrastado para atravesar la pared uterina y el líquido amniótico, como puede ser el caso del sol o de un potente rayo de luz artificial, el bebé puede reaccionar moviéndose al cabo de algunos segundos.
¿Qué ve tu bebé en cada etapa?
Te has preguntado alguna vez cómo un bebé recién nacido percibe el mundo que lo rodea.
El desarrollo visual del niño recién nacido
Los bebés recién nacidos son muy sensibles a la luz. Sólo ven en tonos de gris porque todavía no se han desarrollado los conos responsables de captar el color.
Su agudeza visual es muy deficiente porque el sistema visual tarda cierto tiempo en desarrollarse.
En esta etapa pueden ver algo situado a su lado con la visión periférica (lateral), porque la central siguen en desarrollo, de hecho solo alcanzan a percibir a una distancia de 20-25 centímetros.
En la primera semana de vida, los bebés no distinguen muchos detalles. Aunque parezca que miran a un objeto o a una persona, todavía no han desarrollado la habilidad de desplazar la mirada de un punto a otro.
Los recién nacidos presentan lo que se llama “mirada auditiva”: abren sus ojos y giran la cabeza hacia el lugar de donde proviene el sonido.
Tomará varios meses para que su visión se desarrolle plenamente.
¿Qué sucede durante las primeras semanas?
Durante las primeras semanas de vida los bebés comienzan a responder al movimiento y a centrar su atención en las caras.


Photo by Juan Encalada on Unsplash
Las formas grandes y los colores brillantes pueden empezar a atraer su atención, y los bebés pueden empezar a focalizar objetos situados frente a ellos.
Los movimientos oculares suelen ser rápidos o espasmódicos.
No es hasta los dos o tres meses cuando la mayoría muestra una fijación central y comienzan a realizar un seguimiento con la mirada.
¿Cómo ven los bebés durante los primeros dos meses de vida?
Entre uno y dos meses, los bebés se quedan deslumbrados y sonríen cuando ven de cerca el rostro de sus mamás y papás.
A este punto ya son capaces de seguir con la vista una mano que entra dentro de su campo de visión, y dirigen su cabeza hacia donde haya una fuente de luz.
Los ojos de los bebés, durante los primeros dos meses, no funcionan muy bien juntos, parecerá que están cruzados o que se van hacia los lados. En la mayoría de casos, es algo normal que se corrige por sí solo. Sin embargo, si uno de los ojos parece desviarse constantemente hacia la nariz o hacia fuera (estrabismo), se debería consultar un oftalmopediatra.
A partir de los dos meses y medio comenzará a memorizar las caras y a seguir con las vista el desplazamiento de los objetos, porque su visión tanto de cerca como de lejos se volverá más precisa.
En esta etapa además comenzará a desarrollar la visión del color, primero será el rojo, más tarde el verde, el blanco, el negro y el gris.
¿Cómo evoluciona la visión del niño entre los 3 y 5 meses?
A partir de los tres meses, los ojos de los bebés deberían funcionar bien juntos.
Entre los 3 y 5 meses los niños ya cuentan con una visión binocular. Distinguen más colores y enfocan sin problemas objetos que están a 40 centímetros de distancia. Miran sus manos y juegan con ellas.
A partir de los 4 meses comienzan a desarrollar la percepción de la profundidad y la coordinación ojo-mano.
Hacia el final de esta etapa tu hijo comenzará a estirar sus brazos y a tocar objetos, algo que antes pasaba sólo por casualidad.
5-8 meses: desarrollo de la agudeza visual
Aproximadamente a partir del quinto mes la visión en color de los bebés ya se encuentra bastante desarrollada, aunque aún no es tan sensible como la de un adulto.
Tienen un mejor control de los movimientos oculares, y sus habilidades de coordinación ojo-cuerpo continúa mejorando.
Pueden formar una imagen tridimensional del mundo y determinar a qué distancia se encuentran los objetos porque sus ojos ya son capaces de trabajar juntos. Esto es conocido como percepción de la profundidad.
A partir del quinto mes, ya son capaces de hacer movimientos de presión con las manos gracias a que consiguen combinar lo que ven con sus capacidades motrices.
A los seis meses, la agudeza visual alcanza un estado “normal”.
En general, los bebés empiezan a gatear alrededor de los ocho meses. Esta nueva habilidad mejora la coordinación entre sus ojos, pies, manos y el resto del cuerpo todavía más.
Desarrollo de la visión del niño: 9-12 meses
Sobre los nueve meses de edad, los bebés pueden calcular las distancias bastante bien y es cuando empiezan a intentar levantarse para mantenerse de pie.
También es cuando sus ojos suelen alcanzar su tonalidad definitiva, aunque no es infrecuente apreciar algunos cambios sutiles más tarde.
Alrededor de los diez meses, los niños pequeños pueden calcular y apreciar las distancias lo suficientemente bien como para agarrar algo entre sus dedos índice y pulgar.
A medida que se acercan al primer año de vida, se fortalece la conexión entre ojos, movimiento y memoria.
Durante este tiempo los padres perciben mejoras considerables en la coordinación ojos-manos. Los niños en esta etapa juzgan las distancias bastante bien o arrojan objetos con cierta precisión.
Cada día que pasa se vuelven más hábiles en sus intentos de hacer rodar una pelota, agarrar sus juguetes, llevar alimentos a sus bocas o dar sus primeros pasos.
Desarrollo de la visión del niño: 1-2 años
La coordinación ojo-mano y la percepción de profundidad deberían estar bien desarrolladas hacia los dos años.
Photo by Meghan Thompson on Unsplash
A esta edad, los niños pequeños muestran un gran interés por explorar el mundo que los rodea, mirando y escuchando todo lo que sucede ha su alrededor.
Reconocen dibujos en sus libros, objetos familiares y se esfuerzan por hacer garabatos con pinturas o lápices.
Una buena visión es esencial para el desarrollo físico y mental de un niño, de esto dependerá su éxito académico y su bienestar general.
Cuando el niño tiene bien desarrollada la capacidad visual, tiene más facilidad para correr, saltar, sortear obstáculos, evitar irregularidades del terreno, montar en bicicleta, etc.
A su vez, la actividad visual se ve estimulada con nuevos niveles de experiencias, que le permiten ser más eficaces, aumentar su capacidad de desplazamiento móvil, o les surge la necesidad de manejar las informaciones visuales de forma más rápida, entre otras cosas.
¿Como puedes ayudar al desarrollo visual de tu hijo?
El desarrollo de la visión de los niños comienza durante el embarazo, por lo que es de suma importancia la forma que cuida una madre su propio cuerpo, no sólo para el desarrollo del cuerpo del bebé sino también para su desarrollo cerebral y visual.
A partir del nacimiento sigue siendo igual de importante la nutrición, tanto de la mamá lactante como del hijo para continuar con el correcto desarrollo visual del niño.
Las revisiones oculares profesionales son otra forma de colaborar con el correcto desarrollo visual de tu hijo. Algunos problemas de la vista, si se detectan de manera precoz, suele ser posible tratarlos de manera efectiva.
El primer examen ocular se realiza cuando el niño está recién nacido.
Después, es necesario realizar un examen ocular en niños con buena salud entre los seis meses y el primer año de vida.
Luego, entre el primer y segundo año de vida, entre los 3 y 4 años, y a partir de los 4 realizar revisiones periódicas hasta la adolescencia.
¿Qué nutrientes son importantes para el desarrollo visual del niño?
Existen 2 nutrientes que son de vital importancia en el desarrollo visual de los pequeños, estos son los ácidos grasos DHA (ácido docosahexaenoico) y el ARA (ácido araquidónico).
¿Sabías que el DHA constituye el 97% de los ácidos grasos omega-3 del cerebro y el 93% de los de la retina?
El ARA por su parte representa el 50% de los ácidos grasos omega-6 del cerebro y un 60% de los de la retina.
Por lo que ambos nutrientes son de radical importancia para el desarrollo cerebral y visual de los niños durante la gestación y la lactancia.
Otro micronutriente que juega un papel vital en la visión es la Vitamina A.
Para ver el espectro completo de la luz, el ojo necesita producir ciertos pigmentos para que las células foto receptoras de la retina funcionen correctamente.
Una deficiencia de vitamina A detiene la producción de éstos pigmentos, causando una ceguera nocturna.
El ojo también necesita vitamina A para nutrir sus propios elementos, incluyendo la córnea (la capa transparente en la parte frontal del ojo).
Sin suficiente vitamina A, los ojos no pueden producir suficiente humedad para que se mantengan debidamente lubricados.
¿De dónde obtienen los niños DHA, ARA?
El bebé obtiene DHA y ARA en el útero, por eso es esencial que durante el embarazo las mujeres ingieran estos nutrientes en las cantidades recomendadas.
Después del nacimiento, el DHA y el ARA se encuentran en la leche materna y en algunas fórmulas infantiles que contienen ácidos grasos, que ayudan a promover el desarrollo cerebral y ocular de los bebés en cada etapa de su desarrollo.
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Está ampliamente demostrado que los niños alimentados con fórmulas con niveles más altos de DHA o administradas durante períodos más largo exhiben una mejor agudeza visual o mayor sensibilidad de la retina a la luz.
¿Y de dónde obtienen la Vitamina A?
El retinol o vitamina A también es un componente natural de la leche materna, por eso ésta es considerada la mejor alimentación para los bebés, porque contiene todos los nutrientes necesarios para el desarrollo integral del bebé durante la primera etapa de su vida.
Para las madres que no pueden amamantar a sus bebés o que deciden no hacerlo, las fórmulas infantiles contienen los niveles adecuados de Vitamina A.
¿Qué alimentos contienen DHA, ARA y Vitamina A?
Tanto la mujer embarazada, la mamá lactante y los niños pequeños a partir del año, podrán obtener DHA, ARA y Vitamina A directamente de los alimentos.
DHA
Algunos alimentos ricos en Omega-3 (DHA) son:
ARA
Al Omega-6 (ARA) puedes obtenerlo de:
Puedes descubrir más información sobre la importancia del DHA y ARA en nuestro post: DHA y ARA: nutrientes esenciales para tu bebé.
VITAMINA A
Hay dos tipos diferentes de Vitamina A que se encuentran en la alimentación.
- 1La vitamina A preformada se encuentra en productos de origen animal como carne de res, pescado, aves de corral y productos lácteos.
- 2La provitamina A, se encuentra en alimentos de origen vegetal, como frutas y verduras. El tipo más común de provitamina A es el betacaroteno que se obtiene por ejemplo de las zanahorias.
¿Qué papel cumplen las leches fortificadas y las fórmulas infantiles en el desarrollo visual del niño?
En diferentes estudios se ha demostrado que la mayor parte de las mujeres embarazadas y mamás lactantes, como también los niños pequeños, no consumen las cantidades recomendadas de los nutrientes esenciales.
Las leches fortificadas para las mujeres embarazadas y mamás lactantes como también las fórmulas infantiles tienen la capacidad de complementar la dieta para que tanto las mamás como sus hijos alcancen los requerimientos de distintos nutrientes esenciales para el correcto desarrollo de los niños.
En diferentes estudios con lácteos fortificados y enriquecidos se muestran beneficios en la salud ósea de la madre y del su hijo, y parece que podrían tener también un impacto positivo en el desarrollo visual y cognitivo del niño.
La leche es también una de las principales fuentes de calcio de la naturaleza y la única en el bebé. El calcio también es imprescindible, entre otras funciones, para la formación y el mantenimiento de los huesos y dientes.
Pero además la leches fortificadas y las fórmulas infantiles aporta elementos muy valiosos como vitaminas, proteínas de alto valor biológico, minerales y ácidos grasos.
Conclusión
El desarrollo visual de un niño comienza durante el embarazo.
A partir del día 18 del embarazo los ojos y la visión del niño se desarrollan por etapas.
La nutrición que obtiene la madre durante el embarazo y la lactancia es clave para que el desarrollo visual de su hijo sea exitoso.
Existen 3 nutrientes que son necesarios en el desarrollo de la visión, y que tanto la madre como el hijo deben obtener a través de la alimentación.
Las leches fortificadas y las fórmulas infantiles ayudan a la mamá y al niño a alcanzar las cantidades recomendadas de los nutrientes esenciales.
Fuentes:
American Academy of Ophtalmology
US National Library of Medicine
Descargo de Responsabilidad
La información presentada en nutrigrow.club no pretende brindar ni reemplazar el asesoramiento del médico pediatra o el médico nutricionista.
La información presentada en este post no pretende diagnosticar, tratar, curar o prevenir ninguna enfermedad. Se debe obtener la autorización médica completa de un médico con licencia antes de modificar la dieta de un niño.
Los autores no asumen ninguna responsabilidad ante ninguna persona o entidad por cualquier responsabilidad, pérdida o daño causado o presuntamente causado directa o indirectamente como resultado del uso, la aplicación o la interpretación de la información presentada en este post.