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Los Peligros del exceso de azúcar en los bebés

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¿Sabías que el exceso de azúcar que recibe tu bebé en su primer año de vida puede afectar sus hábitos alimenticios y su salud a largo plazo?

Por esto es clave elegir con cuidado aquellos alimentos que formarán parte de su alimentación, empezando por la leche de fórmula para bebés.

El azúcar durante muchos años ha estado presente en nuestra dieta, pero hoy se lo considera uno de los ingredientes más perjudiciales para nuestra salud.

Este cambio de perspectiva se debe a que hoy se puede comprobar los efectos dañinos que el azúcar tiene en nuestro organismo, y que contribuyen a la aparición de varias enfermedades.

Como padres, debemos ser cautos con la alimentación que le aportamos a nuestros hijos, ya que, de nuestras "decisiones iniciales" va a depender totalmente la salud de nuestro bebé a lo largo de su vida.

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A continuación, nos sumergiremos en el dulce mundo del azúcar, y te contaremos todo en lo que respecta a este dulce enemigo.

¿Qué es el azúcar?

El azúcar abarca una gran variedad de endulzantes que se pueden dividir en monosacáridos (como la glucosa, la fructosa y la galactosa) y endulzantes complejos (como la sucralosa, lactosa, maltosa, etc.).

El azúcar de mesa que solemos usar es la sucralosa y es un carbohidrato que se encuentra de forma natural en diversas plantas, principalmente en la caña de azúcar. 

La sucralosa está compuesta por dos tipos de endulzantes simples: fructosa y glucosa.

El azúcar está presente no sólo en gran parte de los alimentos que consumimos a diario los adultos sino también en gran parte de los productos alimenticios industriales diseñados para bebés.

Es un aditivo alimenticio muy utilizado y controvertido, puesto que ningún producto ha sido tan cuestionado y objeto de tanta polémica.

Una buena nutrición durante el periodo neonatal y la infancia es esencial para asegurar un crecimiento y un desarrollo óptimos del niño, y una mejor salud más tarde en la vida.

Zsuzsanna Jakab

Directora Regional de la OMS para Europa

En sí mismo, el azúcar no es nocivo, ya que es una sustancia natural que se encuentra en alimentos como las frutas y hortalizas. Su función es la de brindar energía para que funcionen todas las células del  organismo.

Pero el consumo de azúcar en exceso puede llegar a ser muy perjudicial para la salud y causar muchas enfermedades.

Exceso de azúcar en alimentos para bebés

La Organización Mundial de la Salud (OMS) advirtió en julio del 2019 que los alimentos industriales diseñados para bebés contienen con frecuencia demasiado azúcar. Además señaló que el etiquetado de estos productos se presta a confusión.

El estudio que llevo a cabo la OMS en alrededor de 8000 productos desde noviembre del 2017 a enero del 2018 reveló que: 

  • Un tercio contenían azúcar, como de frutas concentrados u otros edulcorantes en su composición (ingredientes que no deberían ser agregados a los alimentos para niños). 
  • Entre el 18% y 57% de ellos contenían más del 30% de calorías provenientes de azúcares.
  • Entre el 28% y el 60% de los alimentos considerados inapropiados por la OMS estaban etiquetados como aptos para bebés de menos de seis meses.

En otro estudio llevado a cabo por la Agencia de Salud Pública de Inglaterra (PHE) encontraron que los alimentos preparados para bebés tienen tanta azúcar como las golosinas, y lo peor es que los presentan como si fueran buenos para la salud.

La PHE llevó a cabo un análisis del contenido de 1.120 productos alimenticios y bebidas para bebés y bebidas dirigidas a niños de hasta 3 años, estas fueron algunas de las conclusiones del estudio:

  • Algunos alimentos para bebés que se promocionan "sin azúcar agregada" a menudo contienen azúcares como miel o jugo de frutas.
  • Los purés y los alimentos líquidos para bebé envasados en bolsas a menudo tienen una alta densidad de energía y un alta proporción de azúcar.
  • Los niveles más altos de azúcar (47,5%) se encontraron en productos a base de frutas y vegetales y en comida para picar (17 gr. por cada 100 gr.).

Como mencionamos al principio del post, la nutrición de tu bebé en su primer año de vida puede afectar sus hábitos alimenticios y su salud a largo plazo.

A continuación tienes 3 importantes razones para cuidar los niveles de azúcar en la alimentación de tu bebé e implementar "buenos hábitos" desde el principio:

  1. 1
    Evitar que tenga obesidad y sobrepeso
  2. 2
    Evitar que desarrolle diabetes
  3. 3
    Evitar que tenga caries dentales

3 problemas directos e indirectos que ocasiona el azúcar

1- Obesidad y sobrepeso

Tanto en bebés, niños y adolescentes, como también en adultos, el consumo en exceso de azúcar o de alimentos azucarados son una de las causas de estos dos problemas.

De acuerdo con estudios realizados, el sector de la población más afectado por la obesidad y el sobrepeso son los niños. Se ha encontrado que la cantidad de endulzantes presentes en los productos que consumen los bebés y niños es muy elevada.

La manera en que el azúcar afecta a las hormonas y al cerebro es la receta ideal de la obesidad. Porque hace que disminuya la saciedad y que los adictos a ella pierdan el control sobre su alimentación.

El azúcar es muy adictivo debido a la liberación de dopamina que produce. Al igual que las drogas, el azúcar promueve la generación de dopamina en el centro del placer del cerebro.

Esta adicción puede comenzar en los primeros meses de vida si al bebé se le proporciona leche u otro alimentos con azúcares añadidos.

Muchas personas creen que esta adicción es menos peligrosa que el resto de adicciones y no le prestan mucha atención.

Las propiedades de cada alimento tienen diferentes efectos en nuestro organismo y en las hormonas que controlan el consumo de alimentos.

Varios estudios han demostrado que los efectos de la fructosa y la glucosa son muy distintos.

Los alimentos que contienen fructosa pueden generar letargo o disminución de la actividad física y no genera saciedad en las áreas del cerebro que controlan el hambre. 

Con el tiempo, esto puede provocar una mayor necesidad de comer alimentos ricos en azúcar.

El exceso de azúcar es una de las principales causas de caries dental, la forma más común de enfermedad oral en niños.

Profesora Mary Fewtrell

Jefa de nutrición del Real Colegio de Pediatras y Salud Infantil de Inglaterra

El principal problema es que esta necesidad se convierte en un círculo vicioso del que es difícil salir. Cuanto más azúcar se consume, más aletargado está el cuerpo y más necesidad de consumir azúcar se siente.

Debemos recordar que la fructosa que genera resultados negativos es aquella que se toma a través de alimentos procesados.

La fructosa natural que encuentras en la fruta no tiene los mismos efectos dañinos porque su cantidad es mínima y no ha sido modificada con químicos de ningún tipo.

2- Diabetes

La diabetes es una de las enfermedades metabólicas más frecuentes, caracterizada por la presencia de niveles elevados de glucosa en la sangre debido a una insuficiencia en la secreción o función de la hormona insulina.

Se conoce que la obesidad y la falta de ejercicio aumentan la probabilidad de desarrollarla. También, que hay cierta predisposición genética a sufrir esta enfermedad.

El exceso de glucosa en la sangre puede generar una reacción tóxica que se manifiesta en complicaciones de la diabetes, y en casos extremos puede llegar a causar ceguera.

Existen dos tipos de diabetes: tipo 1 y tipo 2

La diabetes de tipo 1 se diagnostica cuando una persona no tiene insulina producida por su cuerpo. Mientras que la diabetes del tipo 2 se caracteriza por una disminución gradual en la eficacia de la acción de la insulina.

Cuando nuestras células se vuelven resistentes a la insulina, las células beta de nuestro páncreas trabajan más. 

Esto es crucial porque los niveles elevados de glucosa en sangre pueden generar daños graves e irreversibles.

Con el tiempo, la resistencia a la insulina se vuelve más fuerte y el páncreas ya no puede producir la cantidad de insulina necesaria para mantener controlados los niveles de azúcar en sangre. En este punto es cuando el diagnóstico de diabetes tipo 2 puede ser inevitable.

La diabetes tipo 2 solía ocurrir en personas mayores, pero ahora también se encuentra en niños y adolescentes.

El aumento a nivel mundial de esta enfermedad se debe a varios factores: el modo de vida sedentario, incremento de la obesidad y hábitos erróneos de alimentación.

La proliferación de bebidas azucaradas y el alto consumo de comidas rápidas han disparado la incidencia de este mal. No necesariamente porque el azúcar tiene una relación directa, sino como causa indirecta, a través de la ganancia de peso asociada al consumo excesivo de productos con mucho azúcar o altos en calorías.

La glucosa no es algo que encontrarás únicamente en comidas con azúcar, sino también en alimentos como una fruta.

La alimentación y el ejercicio juegan un papel esencial en prevenir la diabetes.

Para evitar crear una dependencia del azúcar en los bebés es importante evitar cereales y productos específicos para lactantes que contengan miel o azúcares añadidos en su composición.

El ejercicio no solo es recomendable porque ayuda a controlar el peso, sino porque mejora la absorción de azúcar y previene este mal crónico.

3- Caries dentales

Sorprendentemente, el azúcar en este caso tampoco es la principal causante de las caries.

Lo que provoca caries es el ácido, no el azúcar.

Pero existe una relación entre el azúcar y el ácido.

El azúcar hace que las bacterias en la boca produzcan el ácido que finalmente daña los dientes.

Es decir que cuanto más azúcar se consume, más ácido se crea en la boca. Pero este proceso se produce debido a la placa.

El exceso de azúcar es una de las principales causas de caries dental, la forma más común de enfermedad oral en niños.

Dr. Alison Tedstone

Jefa de jefa de nutrición de la Agencia de Salud Pública de Inglaterra (PHE)

La placa es una película de bacterias que recubre sus dientes y encías.

Se desarrolla constantemente y se la elimina cuando se cepillan los dientes. 

Cada vez que la placa entra en contacto con el azúcar, se produce ácido que ataca a los dientes durante 20 minutos.

Este ácido puede crear un pequeño agujero en el esmalte.

El azúcar y la responsabilidad como padres

Los adultos tienen la capacidad de controlar sus impulsos, pero a un bebé hay que educarlo desde el principio.

Todo empieza con una mala elección de una fórmula infantil. Después los zumos, los cereales azucarados, las galletitas y el chocolate en polvo con leche para el desayuno. O luego el sándwich con zumo envasado que se pone en la mochila para el recreo.

A esto se le suma después la lata de gaseosa, batidos o dulces industriales para la merienda.

O las pizzas, salchichas, hamburguesas y sus salsas, conservas o cualquier otro producto procesado que permite solucionar rápido una cena.

Las prisas hacen que los padres no se fijen muchas veces en la cantidad de azúcar añadido que están sumando a la dieta de sus hijos y que pone en riesgo su salud.

No se trata sólo de caries y obesidad, sino también de enfermedades derivadas a causa de malos hábitos alimentarios, entre ellas problemas del hígado e hígado graso no alcohólico, enfermedades cardiovasculares, diabetes o cáncer.

Azúcar agregada en productos para bebés

¿Sabemos realmente a cuántas cucharas de azúcar equivalen los productos que consumen los bebés?

La respuesta es no.

En muchas etiquetas solo se advierte en general la presencia de sacarosa, fructosa, dextrosa, pero no la cantidad exacta.

Por ejemplo, un yogurt diseñado para bebés puede contener 2.5 cucharillas de azúcar, mientras un refresco contiene entre 20 y 30.

Según un estudio estadounidense publicado en el "Journal of the Academy of Nutrition and Dietetics",  dos de cada tres lactantes (61%) y casi todos los niños (98%) consumen azúcares añadidos en su dieta diaria, sobre todo en los yogures azucarados en el caso de los lactantes, de entre seis y 11 meses, y en las bebidas con frutas en el caso de los niños, de entre 12 y 23 meses.

¿Qué pueden hacer las familias para evitar este consumo masivo de azúcar? 

Los nutricionistas encuentran una solución clara: más compras en el mercado de proximidad y menos en el supermercado.

Los “alimentos silenciosos”, como frutas, verduras y pescados, no necesitan un etiquetado que justifique su composición. Son la única forma de evitar los compuestos añadidos disimulados que se encuentran en los productos procesados.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) aconseja que el consumo de azúcares libres o agregados (distintos a los que contienen naturalmente frutas y verduras) no supere el 10% (50 gramos) de la ingesta calórica total diaria.

Pero, además, ha sugerido reducir el consumo a una proporción menor al 5% con el fin de obtener beneficios adicionales.

El 5% equivale a unos 25 gramos (seis cucharadas de café aproximadamente) de azúcar al día, lo que significa que quien ingiere una porción de torta, un helado o un vaso de gaseosa llega o incluso sobrepasa el límite.

La OMS también recomienda reducir el consumo de bebidas azucaradas a menos de 23 centilitros semanales. Una sola lata ya contiene 33 centilitros.

La Asociación Americana del Corazón (AHA) a su vez recomienda que los niños menores de 2 no consuman ningún tipo de azúcares añadidos.

Azúcar y fórmulas infantiles

Todas las fórmulas infantiles para bebés y niños pequeños siguen la misma receta básica. Se comienza con grasas, proteínas y carbohidratos, luego se agregan las vitaminas, los minerales y los “extras” (como los prebióticos) en cantidades más pequeñas.

Photo by Lucy Wolski on Unsplash

Los diferentes tipos de fórmulas terminan siendo muy diferentes porque usan diferentes fuentes de proteínas, grasas y carbohidratos.

A continuación te contaremos los diferentes tipos de carbohidratos que puedes encontrar en la fórmula infantil y cuáles deberías estar buscando "o evitando".

¿Qué tipo de azúcar se encuentran en las fórmulas infantiles?

El azúcar es un carbohidrato, y es por eso que los azúcares terminan en fórmula para bebés, porque son carbohidratos simples y fáciles de digerir.

Como podrás imaginar, es bastante importante que el carbohidrato esté presente en la fórmula para bebés para que ésta sea fácil de digerir, porque los intestinos de los bebés no son lo suficientemente maduros como para manejar muchos carbohidratos complejos y fibra.

Sin embargo, no todos los azúcares son iguales, así que veamos todas las opciones que podrías encontrar en una etiqueta.

Lactosa

La mayoría de los carbohidratos en la leche materna (y en la leche de vaca) es lactosa. Está formada por la unión de una molécula de glucosa y otra de galactosa.

Se conoce también como azúcar de la leche, ya que aparece en la leche de las hembras de la mayoría de los mamíferos en una proporción del 4 al 5%

Este es el tipo de carbohidratos que los bebés humanos están diseñados para comer porque es fácil de digerir.

Además ayuda a que crezcan las bacterias buenas en los intestinos de los bebés, y no aumenta tanto el azúcar en la sangre como otros azúcares.

La lactosa tiene un índice glucémico (una medida de cuánto un alimento aumenta el azúcar en la sangre) de 45. La glucosa pura tiene un índice glucémico de 100.

Tampoco es muy dulce. En una escala de 0 a 100, donde 100 equivale al azúcar de mesa, la lactosa obtiene una puntuación de dulzura relativa de solo 16.

Sacarosa

Otro azúcar que suele encontrarse en las fórmulas de bebés es la sacarosa.

Este es el nombre químico del azúcar de mesa, como la que pones en tu café o cuando cocinas unas galletas.

La sacarosa se compone por una molécula de glucosa y una de fructosa unidas.

El índice glucémico de la sacarosa es 65 (más alto que la lactosa).

También es el azúcar más dulce que encontrarás en algunas fórmulas de bebés, con un puntaje de dulzura relativo de 100.

A menudo encuentras sacarosa en las fórmulas de soya (soja) y sin lactosa.

Tienes que tener cuidado con las fórmulas infantiles que solo contienen sacarosa como carbohidrato. Esto se debe a que la sacarosa se divide en trozos: glucosa y fructosa. Esto significa que el 50% de la ingesta de carbohidratos del bebé es fructosa, lo que es una cantidad muy alta.

Las dietas altas en fructosa son realmente dañinas (tanto para niños como para adultos) para la salud.

Jarabe de maíz

Todos los azúcares de maíz están formados por un montón de moléculas de glucosas unidas.

El jarabe de maíz está hecho de almidón de maíz que se ha descompuesto un poco en cadenas cortas o glucosas individuales pegadas. 

Dependiendo de cuánto se descompuso el almidón de maíz, el puntaje de dulzura relativa puede oscilar entre 23 y 40, más que la lactosa, pero menos que la sacarosa.

Maltodextrina

Otro tipo común de azúcar de maíz es la maltodextrina de maíz.

La maltodextrina está compuesta por cadenas de glucosa más largas. De hecho, la maltodextrina de maíz se convertiría en jarabe de maíz si se descompusiera un poco más.

Esto significa que la maltodextrina de maíz es un poco menos dulce que el jarabe de maíz. Tiene una puntuación de dulzura relativa de entre 6 y 21.

A pesar de que las cadenas de glucosa en la maltodextrina son más largas que las cadenas de glucosa en el jarabe de maíz, sigue siendo todo glucosa por lo que el índice glucémico tanto del jarabe de maíz como de la maltodextrina es 100.

Hay que destacar que el jarabe de maíz no es lo mismo que el jarabe de maíz alto en fructosa. Como su nombre lo indica, el jarabe de maíz alto en fructosa tiene un montón de fructosa.

El jarabe de maíz simple tiene solo glucosa. Esto significa que una fórmula con jarabe de maíz tendrá un índice glucémico alto (mucho más alto que las fórmulas de lactosa y la leche materna), pero no proporcionará cantidades potencialmente dañinas de fructosa.

Almidón

El otro carbohidrato que puedes encontrar en las leches de fórmulas infantiles es el almidón.

Suele ser almidón de arroz, que se utiliza para espesar las fórmulas antireflujo. El almidón no es la única fuente de carbohidratos en estas fórmulas.

Leche de fórmula para bebés ¿cuál elegir?

Si tienes que comprar una fórmula para tu bebé es preferible que elijas una sin azúcar añadido y que use principalmente lactosa (aparecerá en la lista de ingredientes), a menos que necesites una fórmula reducida en lactosa.

La lactosa es el carbohidrato menos dulce del grupo.

Las leches de fórmula con proteína parcial o totalmente hidrolizada, tendrán generalmente azúcar de maíz (jarabe de maíz o maltodextrina). En estos casos la maltodextrina es preferible ya que es menos dulce.

Si la fórmula contiene azúcar de maíz, intenta buscar una que ademas contenga lactosa como carbohidrato principal. Porque las fórmulas que son 100% de azúcar de maíz tienen un índice glucémico más alto y obligarán al páncreas del bebé a trabajar más.

Mientras sea posible, evita las fórmulas que usen sacarosa como carbohidrato principal ya que es el más dulce. De este modo tu bebé no desarrollará una alta preferencia por sabores muy dulces.

En muchos países no está permitido utilizar sacarosa en las leches de fórmula infantiles, excepto en fórmulas de proteínas hidrolizadas en las que se permite utilizar una pequeña cantidad de sacarosa.

Conclusión

La OMS recomienda que los bebés no consuman alimentos con azúcar agregadas hasta los dos años de vida.

Muchos padres asocian el azúcar al que se toma a cucharadas, pero no se dan cuenta de que existen otros tipos de azúcar peligrosos que están escondidos o disimulados en productos como bebidas azucaradas y productos procesados.

Los problemas derivados del consumo excesivo de azúcar son mucho más que un par de caries o unos kilos de más.

Los malos hábitos alimenticios y la falta de ejercicio pueden poner en riesgo la salud de los niños, generando entre otras cosas: obesidad, caries dentales, diabetes, problemas del hígado, hígado graso no alcohólico, enfermedades cardiovasculares o cáncer.

No se trata de erradicar el azúcar sino de utilizarlo en las medidas justas.

El azúcar es necesario porque gracias a él el organismo obtiene glucosa de forma fácil, que es el combustible del cerebro.

Los padres debemos intentar generar hábitos saludables en nuestros hijos desde que nacen.

Tus decisiones determinarán que el bebé crezca de forma sana y saludable, siendo más fácil mantener dicha salud a lo largo de los años o que tenga más probabilidades de desarrollar obesidad, diabetes y otras enfermedades derivadas de una malnutrición.


Descargo de Responsabilidad

La información presentada en nutrigrow.club no pretende brindar ni reemplazar el asesoramiento del médico pediatra o el médico nutricionista. 

La información presentada en este post no pretende diagnosticar, tratar, curar o prevenir ninguna enfermedad. Se debe obtener la autorización médica completa de un médico con licencia antes de modificar la dieta de un niño. 

Los autores no asumen ninguna responsabilidad ante ninguna persona o entidad por cualquier responsabilidad, pérdida o daño causado o presuntamente causado directa o indirectamente como resultado del uso, la aplicación o la interpretación de la información presentada en este post.


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Directiva de la UE – infantil y preparados de continuación. (Comunidad Europea).

Directrices ESPGHAN (Sociedad Europea de Gastroenterología, Hepatología y Nutrición).

OMS  | FAO - Organización para la Agricultura y la Alimentació | Codex Alimentarius  - fórmula del Codex Alimentarius infantil.

AVISO IMPORTANTE:

La leche materna es el mejor alimento para el lactante. Este producto no es sucedáneo de la leche materna. Este producto deberá suministrarse solo por indicación médica o de un nutricionista.