¿Cada cuánto debo darle la leche? ¿Lo estaré alimentando bien? ¿Cómo sé si tiene hambre? Son muchas las preguntas frecuentes sobre bebés que hacen los padres primerizos.
Después de 9 meses de espera y pasadas las ansiedad y preocupaciones normales del embarazo ¡empiezan otras nuevas!
Una vez que el nuevo miembro de la familia está perfectamente instalado en la casa, los padres primerizos comienzan a sentirse un poco atemorizados ante este nuevo papel que deben desempeñar.
Te gustaría que tu bebé viniera con una manual de instrucciones precisas para saber exactamente que hacer.
No te preocupes, porque todo llegará con la experiencia del día a día que te permitirá leer las señales que te da tu hijo como la palma de tu mano.
Mientras tanto, aquí te dejamos las respuestas a algunas preguntas frecuentes que realizan los padres primerizos con respecto a la alimentación y nutrición que requiere un bebé.
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PREGUNTA FRECUENTE 1:
¿Por qué se habla de la importancia de los primeros 1.000 días?
Quizás hayas escuchado hablar sobre la importancia de los primeros 1.000 días de la vida de un niño, pero... ¿sabes exactamente a qué período se refiere y por qué es importante?
Los primeros 1.000 días es el tiempo que pasa entre el embarazo de una mujer y el segundo cumpleaños de su hijo.

Es un tiempo de tremendo potencial y también de enorme vulnerabilidad.
Esta etapa es una oportunidad única para construir futuros más saludables y prósperos para el niño, porque cómo se alimentan y se cuidan las mamás y los niños durante este tiempo tiene un profundo impacto en la capacidad del niño para crecer, aprender y prosperar.
En los primeros 1.000 días es cuando el cerebro de un niño comienza a crecer y desarrollarse, y también cuando se construyen las bases para su salud de por vida
Qué tan bien o qué tan mal se alimentan y cuidan las madres y los niños durante este tiempo tiene un profundo impacto en la capacidad del niño para crecer, aprender y prosperar.
Consecuencias de una mala nutrición
Una mala nutrición durante esta etapa puede causar daños irreversibles al cerebro del niño. Como por ejemplo afectar su capacidad de aprendizaje, prepara un escenario para la obesidad, la diabetes u otras enfermedades crónicas que pueden afectar su calidad de vida.
Las investigaciones realizadas en los campos de la neurociencia, la biología y el desarrollo de la primera infancia, proporciona muchísima información sobre cómo la nutrición, las relaciones y el entorno durante los primeros 1.000 días determinan los resultados futuros.
No es por nada que varios economistas del mundo han pedido mayores inversiones en la nutrición y el bienestar de las madres, bebés y niños pequeños, como una forma de crear futuros más brillantes y prósperos para todos.
PREGUNTA FRECUENTE 2:
¿Cómo afecta la nutrición al desarrollo de su cerebro?
Otra de las preguntas frecuentes que hacen los padres primerizos trata sobre la relación entre nutrición y desarrollo cerebral.
La nutrición jugará sin dudas un papel importantísimo en el desarrollo cerebral de tu bebé.
Las formas en que el cerebro de tu hijo se desarrolla durante el embarazo y durante los primeros dos años de vida son como andamios: literalmente definen cómo funcionará el cerebro por el resto de la vida de una persona.
Los nervios crecen, se conectan y se cubren con mielina, creando los sistemas que deciden cómo piensa y siente un niño, y el adulto en el que se convierte.
Esas conexiones y cambios afectan los sistemas sensoriales, el aprendizaje, la memoria, la atención, la velocidad de procesamiento, la capacidad de controlar los impulsos y el estado de ánimo, e incluso la capacidad de realizar múltiples tareas o planificar.
Esas conexiones y cambios tampoco se pueden deshacer, es decir cómo comienza el cerebro es cómo se queda.
La alimentación marca la diferencia
La lactancia materna puede marcar una gran diferencia, no solo porque la leche materna es el alimento perfecto, sino también por el contacto cercano con la madre que forma parte de la lactancia materna.
Para el caso de las mamás que no pueden, o no quieren amamantar, existen las fórmulas infantiles que están diseñadas para sustituir a la leche materna y que además permiten ese contacto cercano no sólo con la mamá sino también con el papá u otras personas que también cuidan a un bebé, como los abuelos.
Ambos alimentos, las fórmulas infantiles y la leche materna tienen ciertos nutrientes que son necesarios para el desarrollo saludable del cerebro.
Estos nutrientes incluyen: proteínas, zinc, colina, folato, iodo, vitaminas (A, D, B6, B12) y ácidos grasos (DHA y ARA).
PREGUNTA FRECUENTE 3:
¿Con qué frecuencia se alimentan los bebés?
Una de la preguntas más frecuentes que hacen los nuevos padres es con qué frecuencia deben alimentar a su bebé.

Photo by Jan Kopřiva on Unsplash
La mejor respuesta es sorprendentemente simple: en general, a los bebés hay que alimentarlos cada vez que tengan hambre.
Y la pregunta que siempre sigue a esta respuesta es…
¿Cómo sé cuándo mi bebé tiene hambre?
Para la mayoría de los bebés sanos y nacidos a término, los padres pueden detectar los signos de hambre observando al bebé en lugar de mirar el reloj.
Esto se conoce como alimentación a demanda o alimentación en respuesta.
¿Cuáles son las señales de hambre?
Un bebé son hambre a menudo llora, pero hay que estar atento a reconocer las señales de hambre antes de que el bebé comience a llorar.
¿Por qué?
Porque llorar es una señal tardía de hambre, y puede hacer que le resulte difícil a tu hijo calmarse para poder comer.
Las señales típicas de hambre incluyen:
Aunque no siempre que un bebé llora o succiona lo hace porque tiene hambre. Los bebés succionan también para sentirse reconfortados. Por esto, a los padres les resulta difícil al principio reconocer la diferencia.
A veces, los bebés sólo necesitan que los abracen o les cambien los pañales.
En los casos de bebés nacidos prematuramente o con determinadas afecciones médicas, lo mejor es alimentarlo en los horarios de alimentación recomendados por su pediatra.
Es importante que tengas en cuenta que todos los bebés son diferentes. Hay bebés que se alimentan más seguidos que otros.
A medida que los niños crecen y sus estómagos son capaces de retener más leche, la mayoría de los bebés tomarán más cantidad y pasará más tiempo entre cada comida.
Cantidades y frecuencias de tomas
Recién nacidos: comen cada 2 o 3 horas, o entre 8 y 12 veces cada 24 horas. Entre el primer o segundo día de vida los bebés podrían tomar en cada toma 15ml de leche, después entre 30 y 60 ml de leche en cada toma. A partir de las dos semanas de edad el bebé puede tomar entre 60 y 89 ml de leche.
Aprox. 2 meses: los bebés por lo general toman entre 115 y 148 ml de leche en cada toma de 3 a 4 horas.
Aprox. 4 meses: la cantidad de leche aumenta por lo general de 118 a 177 ml por toma.
Aprox. 6 meses: los niños toman hasta 237 ml cada vez.
La mayoría de los bebés aumentarán la cantidad de fórmula que toman en un promedio de 30ml por mes antes de nivelarse en unas 207 a 307 ml por comida.
Aproximadamente a partir de los 6 meses de edad se debe comenzar a introducir los alimentos sólidos.
PREGUNTA FRECUENTE 4:
¿Cómo sé si mi bebé está comiendo lo suficiente?
Los pañales de un recién nacido es un buen indicador de si está o no recibiendo suficiente alimento.
En los primeros días después del nacimiento, un bebé debería tener de 2 a 3 pañales mojados por día. Después de los primeros 4 a 5 días, un bebé debe tener al menos entre 5 y 6 pañales mojados por día. La frecuencia de las deposiciones es más variable y depende de si el bebé es alimentado a pecho o con fórmula.
Además, durante los chequeos de salud regulares que se le hacen al bebé, su pediatra controlará el peso de tu hijo y lo registrará en una gráfica de crecimiento.
La gráfica de crecimiento es una forma de saber si tu bebé está recibiendo o no suficiente alimento.
En general, los bebés que están recibiendo la cantidad necesaria de alimento cada vez que comen permanecen en rangos de percentil de crecimiento saludables.
La mayoría de los bebés duplican su peso al nacer para los 5 meses de edad, y lo triplican cuando cumplen su primer año.
Si en algún momento te preocupa si tu bebé está recibiendo la cantidad de alimentación correcta, lo más prudente es que hables con su pediatra.
PREGUNTA FRECUENTE 5:
¿Puedo sobrealimentar a mi bebé?
Por lo general los bebés son muy buenos en reconocer de forma natural cuando están satisfechos, pero a veces pueden tomar más leche de lo que necesitan.
Las probabilidades de que el bebé se sobrealimente son mayores cuando se utiliza el biberón (con fórmula o leche materna). Tomar el biberón requiere menos esfuerzo que tomar del pecho.
Por eso se recomienda utilizar el método Kassing para cuando se alimenta al bebé con biberón. Éste método simula el mismo esfuerzo que el bebé tiene que realizar para obtener la leche del pecho de su madre.
¿Cómo sé si mi bebé se ha sobrealimentado?
Normalmente los bebés sobrealimentados les da dolor de estómago, gases, regurgitan o vomitan. Además, tienen mayor riesgo de sufrir obesidad en el futuro.
Es mejor ofrecer menos, ya que siempre puede darle más si tu bebé lo desea. Esto también les da a los bebés tiempo para darse cuenta si están llenos (satisfechos).
Si te preocupa que tu bebé quiera comer todo el tiempo, incluso cuando está lleno, es recomendable que hables con su pediatra.
Conclusión:
Una vez superado el embarazo, los padres se enfrentan a un sinfín de preguntas. Los primeros días con el bebé se afrontan con emoción y felicidad, pero también constituyen una etapa caracterizada por la inseguridad y la preocupación constantes.
A pesar de las ansiedades normales de los padres primerizos, recuerda siempre que este será un momento maravilloso y inolvidable de tu vida.
No dejes que las inseguridades te priven de disfrutarlo al máximo.
Poco a poco, como todos los padres del mundo, irás adquiriendo experiencia y casi sin darte cuenta te convertirás en un experto en el cuidado de tu bebé.
Fuentes:
SEGO Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia Control prenatal del embarazo normal
Descargo de Responsabilidad
La información presentada en nutrigrow.club no pretende brindar ni reemplazar el asesoramiento del médico pediatra o el médico nutricionista.
La información presentada en este post no pretende diagnosticar, tratar, curar o prevenir ninguna enfermedad. Se debe obtener la autorización médica completa de un médico con licencia antes de modificar la dieta de un niño.
Los autores no asumen ninguna responsabilidad ante ninguna persona o entidad por cualquier responsabilidad, pérdida o daño causado o presuntamente causado directa o indirectamente como resultado del uso, la aplicación o la interpretación de la información presentada en este post.